Novela de Luke Rhinehart (George Cockcroft)
Publicado en 1971, este libro ya cuenta con sus años. Personalmente, lo leí alrededor del 2000, ¡que tampoco es precisamente ayer! Luke Rhinehart, pseudónimo del autor que también adopta el protagonista, es un psiquiatra que decide abandonar las decisiones convencionales y entregar su vida al azar, confiando todas sus elecciones a los lanzamientos de un par de dados.
Es una novela provocadora, con mucho humor y un toque de erotismo (si mi memoria no me falla), que me llevó a reflexionar sobre la maldición del libre albedrío; hasta qué punto podemos renunciar a él y cuáles podrían ser las consecuencias.
Lo que empieza como un experimento de un psiquiatra aburrido y acomplejado se convierte en una exploración radical de la libertad y los límites de la conformidad social. La novela es un ejemplo perfecto de cómo un libro que genera inquietud, sorpresa y reflexión profunda puede, al mismo tiempo, ofrecer una trama divertida y simpática. Ideal para confrontar a esas parte internas nuestras que están anquilosadas en lo predecible y en la búsqueda compulsiva y obsesiva de la seguridad.
Una frase que se me quedó grabada y que se repite varias veces es: “Cualquiera puede ser cualquiera”